Quizá haya vida inteligente en otros planetas, pero cada día es más dudoso que quede todavía alguna en el nuestro. La prisa vuelve incompetentes a los profesionales más competentes
Ninguna organización representa mejor la inteligencia que la NASA. Es capaz de hacer caminar una persona sobre la luna. ¿Qué pasó entonces con el transbordador espacial Columbia en febrero de 2003? La historia es conocida. Durante el lanzamiento se desprendió un aislamiento de espuma de un depósito de combustible y golpeó el ala izquierda de la nave. El agujero resultante —sin consecuencias durante su navegación espacial— debilitó la protección del transbordador, que ante el rozamiento de la reentrada a la atmósfera causó la desintegración completa de la nave y de sus siete tripulantes (5 hombres y 2 mujeres).
Los accidentes no suceden por casualidad. Los ingenieros de la NASA sabían desde hacía tiempo que el aislamiento se desprendía, había ocurrido en todos los lanzamientos anteriores. Sin embargo, el daño nunca se había producido en un elemento fundamental. Por eso el personal de la NASA no dio mayor importancia al fallo, lo clasificó como una mera cuestión de limpieza.
Resulta revelador que la NASA fuera entonces dirigida con una filosofía de gestión basada en los tres principios del Faster-Better-Cheaper. Lo has leído bien, la realidad supera siempre la ficción. Hacer las cosas rápido y barato no parece la estrategia más adecuada para afrontar los riesgos de una carrera espacial. ¿Se tiene que ir a la Luna? Ok, no lo discutimos. ¿Pero tenemos que hacerlo de prisita y baratito? ¡Qué idea más peregrina; parece sacada de algún chiste!
La prisa hace que todo se viva como una carrera, deteriora el liderazgo y la competencia. Tenemos a las personas más inteligentes del planeta —los ingenieros de la NASA— actuando como estúpidos. No pongo en cuestión el interés del programa espacial para el progreso de la humanidad, pero ¿hay alguna razón para llevarlo a cabo de forma precipitada, a la carrera? La Luna no se moverá de su sitio por algún tiempo. ¿No podemos tomárnoslo con más calma?
Y nosotros, ¿no deberíamos tomarnos con más calma nuestros principales retos empresariales? Ok, competimos: ¿contra quién? ¿No convendría pararse a reflexionar -irse de retiro quizá- ante las muchas alarmas que en estos tiempos nos llegan?
Este es un fragmento del segundo capítulo de mi último libro: Gestionar sin Prisas: Únete a la Revolución Slow, del que ya tenéis otros trozos en este mi blog, como el arranque https://managingincompetence.com/padeces-la-enfermedad-de-la-prisa/
Cómo podéis observar he llevado a cabo una renovación completa de gestiondeincompetentes.com que ahora es managingincompetence.com Encontraréis espacios para opinar, descargar materiales e incluso un sorteo de libros y cursos. Os doy de nuevo la bienvenida, como un niño con zapatos nuevos, en este espacio de reflexión crítica y propuestas empresariales.
Ya me diréis qué os parece. Necesito escucharos. Como dice la canción de Coti: “Antes que ver el sol, prefiero escuchar tu voz”.
Que actual y qué alcance universal en todos los aspectos, diría yo. No conozco nada o muy poco de la NASA, pero es aplicable tu reflexión a mi realidad.
Van acelerados los políticos prometiendo, los que me han puesto la vacuna esta mañana, los profesores de mis hijos, las mujeres que me rodean y con las que vivo… todo es una locura general que nos vuelve infelices, desmemoriados, individualistas y que nos lleva a accidentes grandes y pequeños. Gracias Lucas por tu aporte
Muy buena reflexión Gabriel.
Lastima que no la tengamos presente en cada momento de nuestra vida
Gracias
Pedro me lo pones muy fácil. Efectivamente olvidamos está verdad profunda que nos podría hacer recuperar la paz, la plenitud y la eficacia. Estoy trabajando para elaborar el Taller para el próximo 18 de Junio. Y estoy trabajando también para aplicarme el cuento por adelantado. De momento he implantado mi Detox Digital. Muchas gracias.
Houston, we have a problem….¿Cómo podemos parar e ir más lento si todo a nuestro alrededor nos exige el acelere ? Si vamos lento perderemos fechas de entrega, compromisos previos, oportunidades. El otro día hablando con una profesora de mis hijos me preguntaba que qué planes tenía mi hijo para el verano pues era importante que fuera un verano productivo en temas de trabajo y voluntariado para el día de mañana mostrarlo en su currículum y poder entrar a una buena universidad (vivimos en la ciudad de la NASA) y yo sentí que me ponían un peso sofocante encima y un acelerador…Mi hijo tiene 13 años
Estimada Anna, Desgraciadamente el sistema educativo, de la mayoría de países, se basa en principios activistas, eficientistas, que deterioran el carácter, debilitan las famílias y impiden un aprendizaje sólido y duradero. Parece mentira cómo, con tantos expertos en tantos temas, no somos capaces de copiar los sistemas más excelentes del planeta, como el sistema finlandés, que se basa en los principios contrarios: apenas evaluación, continuidad y ciclos largos, poca materia y muy básica, conexión con el medio local…
Estoy empezando a pensar que el Síndrome del Atolondramiento es una mentira diabólica. Como decía un gran amigo mio: la gente está dispuesta a creerse cualquier cosa. Con una única condición, de que sea falso. Moltes gràcies noia, que mai visquem així. Non serviam.
Buena reflexión si tomamos el concepto de «deprisa» como «sinónimo» de ansiedad. Totalmente de acuerdo.
Pero si en cambio tenemos bien definido el objetivo (donde queremos llegar), el concepto de «velocidad» es una fantástica herramienta para minimizar riesgos en un entorno tan VUCA como el que vivimos. Al contrario de lo que a primera vista uno pueda pensar, Velocidad =Precipitacion.
Si utilizamos la velocidad para tomar más decisiones y más a menudo (seguramente muchas de estas decisiones serán más «pequeñas» y menos trasncendentales que las decisiones que tomamos cuando acumulamos el paso del tiempo) y somos capaces de implementarlas muy rápido, acertaremos mucho más y si no … tomamos otra de nuevo y cambiamos.
Capitulo a parte sería lo de «barato. Como decia mi madre, lo barato acaba saliendo caro.
Gracias por la reflexion !!!!
Gracias Marc por tu aporte. Como bien dices el problema no es la velocidad, sino el atolondramiento. En catalán tenemos incluso otra expresion mejor: esvalotat. Resulta sorprendente, en el libro se habla «in extenso» de ello, cómo las personas/organizaciones que llegan antes y en mejores condiciones no son las más aceleradas. Me viene a la cabeza la paradigmática frase, falsamente atribuida a Carles Reixach: correr es de cobardes. También me viene ahora a la cabeza una escena evangélica, la de las vírgenes necias. Las que más corren, son las que antes se durmieron y luego se ven obligadas a salir escopeteadas… mira cómo acaba la escena en la parábola. Mil gracias por tu constante interés por mis propuestas.
Apreciado Gabriel,
Seguiremos esta nueva etapa de tu blog… mucha suerte!
Mi reflexion en todos estos temas es el «equilibrio»…que por cierto, al ser humano, se le dificulta bastante……
Un fuerte abrazo
Efectivamente Enrique. Es tan malo la indolencia cómo la precipitación. De alguna forma puede llegar a ser peor esta última. Pero apenas nos han prevenido. Gracias por tu aporte e interés constante. A ver cuándo recalo en México, con ganas infinitas de poder hacerlo este mismo año, espero.
Dentro de este marco, también se destaca el no escuchar al otro y precipitar la respuesta. Una nimiedad, pero fuí al seguro médico para un trámite y la jovencita sin terminar de escucharme me repitió 5 veces que el trámite no era ahí, me sacó de quicio y le tuve que gritar » me vas a escuchar y dejar hablar?», ahí se calmó y pudimos analizar porqué el trámite había sido derivado a esa sucursal. Salí muy mal porque pienso que no puede ser que tengamos que ser violentos ante el aceleramiento y la falta de reflexión que ha contagiado a las nuevas generaciones. Cabe la comparación porque probablemente alguien haya advertido a los «genios» de la NASA y no haya sido escuchado
Precisamente Alejandro venía hablando con mi mujer, que la ansiedad productivista en la atención sanitaria la hace estresante e ineficaz. El médico tiene en la cabeza un flow, que tiene que acabar en pastilla, derivación o análisis. Y este flow debe cumplirse en el menor tiempo posible. Normalmente acabas el proceso y sigues igual que antes, no sabes qué mal tienes ni cómo puedes abordarlo.
Tocas un segundo gran tema. La casi totalidad de las catástrofes estaban anunciadas. Suelen ser un secreto a voces, pero que el principio de la eficacia, combinado con el de la autoridad lo esconden y disimulan. Es un castillo de falsedad
M’agradat molt ,podries fer un altre llibre analitzant aquest cas,tan flagrant
ENDAVANT Amb Aquesta nova etapa,gracies Gabriel
De fet molts empresaris d’exit no miran tant als competidors com de servir millor als clients
La lògica de la competencia estresa hasta el infinito, porque siempre hay alguien por encima tuyo, o qeu parece qeu lo hace mejor. No tiene sentido pelear por ser el mejor, sino por ser mejor. Lo otro si sucede bienvenido, pero siempre será transitorio y precario. Gracias Francisco por tu comentario.
La idea de la competencia es perversa. Nos atolondra, nos saca de quicio. Competimos por ser el primero de la clase, por ganar segundos al crono y gramos a la báscula y granos en la cara. Competimos por leer más libros y echar más polvos que los demás… a qué nos lleva todo eso. Qué es mejor leer un libro con calma al mes o uno al día?
Amigo Gabriel, como siempre, muy acertado y entretenido tu comentario. Gracias por hacernos partícipes. A ver si vamos, como dice Fonsi, DESPACITO🎵…,
pero, pf, tú no pares, sigue, sigue!!!, que disfrutamos escuchándote y aprendiendo de ti.
Si Fede, hasta las canciones nos invitan a hacer las cosas a determinado ritmo. Acelerarlas no las mejora. Ya te apunto al taller de Slow Management para el 18 de Junio, si Déu vol.
Molt be. Tot esta en treballar be, el millor possible. No em sotpren massa el que diuen de la NASA, doncs el problema es general; si no ens esforcem de veritat, la feina que sigui es pitxor.
En general mes rapid i barat no vol dir millor. A vegades tampoc lent i car per si mateix no significa millor. Fer les coses a consciencia sensa exagerar i caure en el perfeccionisme es el cami per fer-les millor. Hi ha molts dits populars que ho confirmen: despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas, per exemple.
Treballar el millor possible és una expressió molt ambigua. Puedes hacer énfasis en lo mejor o en lo posible, y entonces salen ideas contrapuestas. Yo soy más partidario de la segunda version que me lleva a proponer justo lo contrario. Hay que intentar trabajar lo peor posible. Posible para satisfacer el requerimiento y basta. La pretensión de perfección es un engaño. Lo mejor es enemigo de lo bueno
Visteme despacio que tengo prisa.
Este popular dicho me repetían constantemente en mi casa cuando do veían que corría pero nada me salía bien.
Las compañías hacen bien en marcar ciclos temporales, pero no todos los proyectos pueden ser hechos en un mes, dos, tres o a cuatro meses.
Saber que para crecer debes actuar no en función de la.inmediatez del resultado, sino en el mejor resultado posible.
Saber cuanto tiempo debo disponer en lugar de cuanto dispongo es la diferencia, debería ser lo normal.
He pensat escriure tambe aquest dit, pero per no exigerar n’he escrit nomes un, que encara es millor. Em sembla que l’utilitza el Cervantes, pero no se si es original seu
El despacito y buena letra, el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas» pensaba que era de Santa Teresa. Pero ante la duda siempre se lo podemos colocar a Cervantes o a Chesterton. Gracias
Gracias Gabriel por mostrarnos una y otra vez la importancia de lo … evidente. Hay que releerte periódicamente.
Pienso además que el éxito puede que esté en un output concreto pero la felicidad normalmente está en el proceso.
También, creo, que mi comentario complementa el de Marc Gómez. Si el proceso está definido razonablemente bien y estamos bien orientados… llegaremos seguro bien y razonablemente en plazo.
Nota: tener un proceso definido, no implica no tener una fase que ponga, «Revisar si hay que cambiar algo en el proceso», por supuesto.
Hace muchos años, más de 20 seguro, Josep, me comentaste qeu la idea de planificar con holguras te resultaba de utilidad. Hoy en día ocupa todo un capítulo del libro. Gracias, siempre pones el dedo en el punto clave.
Recién entro a esta casa. Gabriel, gracias por hacerte visible y enhorabuena por la renovación del espacio. A buen seguro que sumarás éxitos y sobre todo aprendizaje y práctica para los visitantes.
A propósito de esto último, (la práctica), de la *No prisas*, la práctica del *Vístanme despacio*, estoy convencida que es posible, tras una firme determinación personal de organizar nuestro tiempo en una forma mas realista y eficiente.
Probablemente algunas personas necesiten un poco mas de guía, metodología, apoyo y seguimiento para conseguirlo. Que bueno que abordes un tema realmente importante en aras de la salud, el bienestar y la sostenibilidad de las personas y de los negocios.
Un saludo
Me has dado una buena idea. Coaching o tutoría, como queramos llamarlo, de aprender a pacificar la agenda de las personas. Muchas gracias Rocio
Correr o llegar ? o ni siquiera ir ? creo francamente que debemos tratar de ver nuestro entorno con cierta distancia, como quien admira un cuadro, antes de seguir haciendo más de lo mismo. Creo que nada relevante y duradero en la vida ocurre deprisa…
Gracias por tus reflexiones Gabriel !
Correr, correr es incompatible con la vida. Con esta campaña publicitaria de la Dirección General de Tráfico empieza mi nuevo libro. https://managingincompetence.com/padeces-la-enfermedad-de-la-prisa/
Por otro lado me hace gracia que menciones el tema del cuadro. ¿Qué es más placentero y educativo, ver 100 cuadros en una mañana o 10? Pero qué es lo que solemos hacer? El Slow Management es una propuesta completamente contra corriente. Gracies JOan per l aportació
Estimado Gabriel, mi opinion es que el entorno empresarial y especialmente industrial se caracteriza por unos parametros basicos que tomados en el orden que se quiera son flexibilidad, velocidad, confiabilidad, calidad y coste en el que el orden de preferencia depende de las circunstancias pero sin anular unos a otros. la habilidad directiva reside en gestionar bien este coctel.
Querido Gabriel, que placer leer tus líneas, sin duda alguna coincido ampliamente que, como bien dice mi madre, las prisas no llevan nada bueno.
Autogestionar la velocidad de nuestra vida, generar prioridades, dar espacios para el análisis es de vital importancia.
Ir más rápido no es sinónimo de avanzar más por muy paradójico que esto parezca.
Deseosa de leer tu libro, te mando un gran abrazo con la esperanza de que la vida te traiga de este lado del charco donde se te aprecia mucho, saludos
Hola Gabriel, como siempre ¡un gusto leerte! Tristemente la reflexión, como sucedió en ese entonces, sigue ocurriendo una y otra vez, por fortuna con menos tragedia (en ocasiones). Me encanta tu conclusión: la prisa puede volver estúpido al más competente. La historia del tren bala y como tomarse el tiempo para retos importantes vale la pena, va también muy acorde con el tema.
¡Saludos y un abrazo cariñosos desde México!
Faster-Better-Cheaper: la fórmula perfecta para la infelicidad y la destrucción de la sociedad y el hábitat. Esta limitación es consecuencia de la soberbia, del pecado inicial, estamos en un plan B. El plan original no era lo que hoy es. Por suerte hemos sido Reacatados pero las taras continuarán hasta el fin del tiempo, que es la gran segunda oportunidad y a la vez el criadero de estupideces como las prisas. Las escuelas de todo tipo sensatas deberían negarse a preparar personas para rendir según la esclavista lógica del “quarter” capitalista y del resultismo genocida comunista. Y todas las variantes de ambos. La mejor manera de vivir una vida infeliz y corta en el tiempo es ser un irreflexivo cautivo de la esquizofrenia egoísta de las prisas. Un mundo a la medida humana no es una utopía, menos una ideología, es mandato divino. Ineludible e inexorable. Feliz calma aunque se haya acabado la “plata”. Abrazos