La trompeta de Miles Davis: del Fracaso al Éxito o viceversa

La madre de Miles David era una virtuosa del piano en su ámbito familiar. Su padre un dentista negro relativamente acomodado en Saint Louis, que a los 13 años regaló a su hijo una trompeta para fastidiar a su mujer que no soportaba ese sonido. La fuente de la excelencia y la mezquindad se dan la mano.

Miles es joven cuando empieza con el instrumento que lo va a introducir en la historia de la música. Su primer profesor -Elwoo Buchanan- le pegaba en los nudillos si hacía el vibrato típico de la época. Quería conseguir de él un sonido puro. A los 16 años ya es miembro de la sociedad musical local y toca en el Elks Club al salir de clase.

A los 20 se traslada a Nueva York donde entra en la Juilliard School of Music para aprender fundamentos musicales. A los pocos meses abandona para seguir a su ídolo Charlie Parker, a quién había conocido en una actuación en su Saint Louis natal. Pasará junto al maestro, referente del Bebop jazz que triunfaba entonces, más de un lustro. Hace de segunda o tercera trompeta en jam sessions, pequeños grupos u orquestas. Trabaja sobre composiciones de Gershwin. Aprende la forma de tocar el piano de Ahmad Jamal. Sabe ser divulgador antes de ser innovador. Como hizo Picasso -como hicieron los Beatles.

En 1957 da un paso adelante: crea el Miles Davis Sextet; y un año después se casa con Frances Taylor. Experimenta la música modal, basando sus improvisaciones en escalas no en cambios de acordes. Y llega su disco Kind of Blue (1959) que se convertirá en el más vendido de la historia del jazz. Comienza la década central y más prolífica de su carrera. No os perdáis su tema «So What«.

Innova sin descanso, sin dejar de inspirarse en autores tan alejados del jazz como Delibes, Falla o el maestro Rodrigo (a quién le dedica el album Sketches of Spain). Incorpora la sordina Harmon. Y toca muy cerca del micrófono, lo que le aportará su sonido especial, que bautizará como Cool jazz. Se rodea de músicos talentosos como John Coltrane o Herbie Hancock. Y colabora con grandes del jazz como Chick Corea, o incluso figuras del Rock como Jimi Hendriks, de dónde nacerá el Fussion jazz.

Pero, en esta misma carrera que le encumbra al éxito, Miles siembra las semillas que acabarán con él y con su carrera. Convoca grandes audiencias, se hace popular y deseado, amasa una fortuna. Se pega la gran vida, abusa del alcohol. Se viste a la moda, compra coches caros, corteja muchas mujeres -hasta la baronesa Rothschild.

Sus excesos exteriores manifiestan una enfermedad interior. Arrogancia y chulería, prepotencia y machismo. Desarrolla mal carácter, se siente por encima de los demás. En 1968 se divorcia de Frances, que hasta entonces le había inspirado, y se casa con Betty Davis, la amante de Jimi Hendrix, de quién se divorciará al año siguiente. ¿Por qué será que tantos hombres cuando llegan a la cima abandonan a sus mujeres?

Vive tan aceleradamente que en la madrugada de 1972, drogado, se estrella jugando a las carreras con su Lamborghini Miura rompiéndose ambas piernas. Su salud se resentirá el resto de su vida. Entra en crisis creativa. La crítica lo crucifica. Se aisla del mundo y se engancha a la cocaína (como nos cuenta Don Cheadle en su reciente película Miles Ahead). Acabará yendo a la cárcel por no pasar la pensión a su mujer, e ingresa en el pabellón psiquiátrico del Roosevelt Hospital.

Conocéis mi ecuación sobre el talento efectivo del profesional: la gente vale lo que vale/ dividido por “lo que cree que vale». Cuando el talento crece menos de lo que crece el orgullo: los equipos, las empresas y hasta los países pierden drásticamente su valor. Es una pena como la hinchazón del ego echa a perder el talento de tantos y tantos emprendedores, cuando empiezan a obtener su merecido éxito.

La buena noticia es que Miles, apoyado por personas de su núcleo familiar como su sobrino Vincent, con quien comparte vocación por la música, vuelve a su carrera artística a principios de los 80. No con la misma energía de antes. Aunque ganará todavía un Grammy por su álbum Tutu (1986). Contrae nuevo matrimonio con Cicely Tyson (1981). Y lidera iniciativas benéficas y reivindicativas, en lo que denominará Social Music.

Dicen que no es fácil recuperarse de un fracaso. Pero del éxito no te recuperas jamás. Quizá por eso, al éxito necesariamente le sigue el fracaso. Y el fracaso puede convertirse en un éxito. La historia de Miles Davis: ¿éxito fracasado o fracaso exitoso?

¿Reconoces en qué fase del ciclo de tu proyecto profesional te encuentras en este momento?

10 comentarios en “La trompeta de Miles Davis: del Fracaso al Éxito o viceversa”

  1. ¿Por qué será que tantos hombres cuando llegan a la cima abandonan a sus mujeres? porque cuando no se es exitoso se es distinto, y con el paso del tiempo las personas cambiamos y sumado al cambio de estilo de vida, aquella persona que emprendió el camino no necesariamente creció de la misma manera. Y la pregunta que me hago ¿no será que las mujeres son las que los abandonan? cualquiera que sea el punto es que cuando la pareja no crece en el mismo sentido y sobre todo los objetivos de vida ya no son compatibles nada se tiene que hacer al lado del otro. La querencia siempre vinculará pero en ocasiones no resulta suficiente para seguir ahí…

    1. La vida es cambio. Es un proceso de crecimiento o de decrecimiento constante. Lo que nos parece bien o oportuno, en un momento, deja de parecérnoslo en una etapa distinta. Nadie está resuelto, hecho, madurado del todo. Gracias por tu comentario.

  2. Miguel Angel Maestro

    Excelente aportación. Mi hijo está cursando un máster en interpretación de trompeta clásica y contemporánea en Oslo y Davis es uno de sus referentes. Es fantástico como resumes su trayectoria hacia el éxito y como se puede morir de este. Me ha hecho mucha gracia que el padre le comprará una trompeta para fastidiar a la madre pianista. Gracias, Gabriel, por la reflexión.

  3. Bueno paco de lucia toco la guitarra como castigo, su padre lo encerraba en una habitación hasta que no aprendiera a tocar la guitarra.
    Es curioso éxito fracaso van siempre de la mano, los calores, nunca se deben de perder, y el objetivo que te llevo al éxito tampoco.
    Creo que no se debe buscar el éxito en si mismo, debes buscar aquello por lo que luchas y te mueve cada dia y sobretodo lo que te hace feliz. Si para mí si haces eso ya estas teniendo éxito, és como subir a una montaña, hacer la cima és un solo paso, el ultimo, pero lo que realmente te llena y disfrutas no és ese ultimo paso, sino todo el viage hacia la cima que suelen ser muchos pasos, el éxito por si solo és el inicio del fracaso.

  4. Buen artículo !!
    Me ha gustado mucho.
    Es triste que a veces los que parecen ser los más grandes tengan que caer tan profundamente para darse cuenta del modo en que han de orientar su gran talento. Pero así es. Ocurre con los grandes pero también con los no tan grandes…

    1. Estoy llegando a la conclusión que no importa que lo que hagas sea grande o pequeño, que lo importante es que aprendas la lección que conlleva el éxito o el fracaso. El éxito en esta vida en conjunto es aprender quién es uno y quién no es. Hay algo peor que no conseguir lo que te proponías, alcanzarlo y ver que no te ha servido para nada. Cada día me parece más interesante y cómica aquel que dijo «los últimos serán los primeros».

  5. Recuerdo que alguien me dijo una vez que sería bueno que en las Escuelas de Negocios (y sobre todo si tienen algún tipo de vinculación con la Iglesia) sería interesante que en el Aula Magna o en la misma entrada rezara visibles la frase aquella que dice:

    «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos» que aparece en el evangelio de Mateo (Mt 19,24).
    Supongo que el tema está en lo que entendemos como éxito, e incluso cómo hemos sido educados para alcanzar el éxito (nota para incompetentes: ¿El fracaso está reñido con la felicidad?).

    Supongo que el tema está (bis) si hemos sido educados para la felicidad … ¿he dicho felicidad? ¡Ups! perdona no sé como incorporar este valor como objetivo, currículos, carreras profesionales, bonus…amén de materias de estudio en las escuelas de negocio…

    Lo de Miles Davis y su «estrepitoso éxito» como otras estrellas del Jazz, supongo que debe seguir la terna famosa de “Sex, Drugs, and Rock&Roll …” solo que en un ambiente más marginal que me suena que es el Jazz, ser exitoso en ese género es estadísticamente menos probable…(Nota para Gabriel, me ha gustado mucho cuando dices aquello de que la buena noticia es…)

    Igual no se trata de eso del éxito y lo como parece estar de moda es acumular fracasos por aquello de la experiencia de levantarse…

    PD. Sí definitivamente el lema del Camello y el ojo de aguja, es mejor que no la historia del Rico Epulón y el pobre Lázaro …pues al menos con lo del Camello, se incita al lector a elaborar una estrategia y conseguir el objetivo.

    PD2. Lo de la salud, enfermedad, pobreza y RIQUEZA debe ser de cómo aprenden los conyugues a gestionar eso de sus parejas.¿Hay manual para parejas cuando uno de ellos alcanza el éxito?

    Saludos.

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