Cocktail de Alegrías con gotas de claustrofobia

¿Qué tendrá la Navidad que nos recuesta en el diván? Mi amiga Carol Westerman, coach, comentaba cómo en estas fechas se colapsan los servicios de apoyo psicológico. Desde las terapias más clásicas quiroprácticas o los fisios, hasta las más alternativas, sofrología, astrología, psicoestética o el shakra del vientre. Hablo en primera persona, pues fue un 9 de enero, cuando por primera vez tuve que humillarme acudiendo a la consulta de una psicóloga profesional por claustrofobia.

Son unas fechas con poca luz natural, en las que todo llama a la melancolía. Al recuerdo de los que pasaron, a la experiencia de lo vivido y de lo perdido. El fin de año es un momento de hacer balance de nuestras ilusiones. Para mirarse al espejo y descubrir que apenas nos gustamos. Que nuestras ilusiones se postergan de año en año, y vamos bien entrados los 50.

Quizá la única respuesta completa sea que nuestras expectativas son demasiado altas. Que la felicidad sobreviene cuando no pensamos demasiado en ella. Y sólo de forma parcial… y tan frágil. Que la vida es, en definitiva, lo que nos pasa mientras vamos hacia otro lugar.

Pensaba que la filosofía de nuestro Managing Incompetence va en la misma dirección. La imperfección es el estado natural de las organizaciones y de las personas. También de las familias y de nuestra comunidad política. Que las tensiones y los conflictos son inevitables. Que hay que acostumbrarse a convivir con ellos y a reírse con ellos.

El optimista cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles; el pesimista teme que eso sea cierto.  Ver como normal que pasemos por malos momentos, por tristezas puntuales, o quizá más prolongadas. Sin embargo –como dice el refrán- , no hay mal que cien años dure… ni cuerpo que lo resista. Conviene retornar a aquél conocido principio marxista de: No tomar la vida demasiado en serio, porque no saldrás vivo de ella.

Tengo un hijo recién operado de rodilla, reconstrucción de los ligamentos cruzados anteriores: una operación seria. Recordábamos ayer el aniversario de su encontronazo. Se lo provocó un amigo jugando al futbol. ¡Si no hubiera aceptado la invitación para un partido amistoso navideño! ¡Si no me lo hubiera cruzado en el portal al amigo que me lo propuso!

Mi hijo ya está operado, y tras medio año de recuperación dispondrá de otros 20 de práctica deportiva a full, si deu vol. Parece buena inversión en clavos de titanio. Poder seguir jugando es lo que importa. Aunque se gane, aunque se pierda.

Los que tenemos fe lo tenemos algo más fácil. Podemos revivir el destino en clave de humor. Creo que está pendiente reinterpretar desde el thrill y el humor a la providencia divina. Creo que el Papa Francisco va en esa dirección. Pero la idea viene de muy lejos. “Y tú Belén, el más pequeño de los clanes de Judá, vas a dar a luz, al hijo que dará luz al resto de sus hermanos mayores”, dice el profeta Miqueas.

Alégrate del Dios que a ti te hizo bajito y al otro de pelo rubito. Ese Dios que se burla del avaro que atesora el grano en sus silos; pues mañana se le pedirá el alma. Que confunde a ricos, sabios y poderosos. Que se divierte con que una pobre india mixteca Yalitzia, desocupada, que acompaña a un casting a su hermana que se ha puesto enferma, acabe siendo la protagonista de la película del año y portada de la revista Vogue.

Me dice mi amigo José Luís Alcaraz, que los mejores anuncios de Navidad de este año, parecen redactados por alguien que se coló en mis cursos: IKEA y RUAVIEJA Son recursos para hacernos caer en la cuenta de que habitualmente –en la vida personal como en la profesional- dejamos de lado lo que consideramos más importante: a las personas. Y dan pistas para dedicar a las personas el tiempo y la atención que merecen.

Con esta genial coincidencia aprovecho para desearos una Navidad y un 2019 cargado de objetivos pequeños. Si no podemos tener la vida que queremos tener, quizá sí podamos cambiar la forma de ver, y querer la vida que inevitablemente tenemos. Me gusta el concepto de pasitos de bebé, que con el paso de los años te sitúa en un lugar completamente distinto.

En enero vuelvo a trabajar en Ciudad de México. En febrero empiezo un programa en Zurich. Y el 15 de marzo te espero en Barcelona en la nueva edición del seminario de Gestión de Colaboradores. Espero guardarte todavía algunos turrones.

12 comentarios en “Cocktail de Alegrías con gotas de claustrofobia”

    1. Me marcho en enero a CdMx, con la intención de acompañar unos días a mi padre. Está ya bastante pachucho, pero reside y preside desde Tacamachalco, una biografía con todo el interés y sentido de aventura. Con 12 hijos a sus espaldas, creo que puede decir que es una vida en plenitud. Se me ocurría compararlos con los últimos días de Napoleón o del general Patton.

    1. Mi suegro tiene 88 años. Es aparejador. Lleva el trimestre rehabilitando un piso, no para. Estos días le hemos tenido que ingresar en el Hospital. Mi mujer dice que trabaja demasiado, que por eso acaba en el Hospital. Pero yo pienso también que ha vuelto del Hospital, con suficiente salud como para celebrar una gran navidad, precisamente porque no para. Gracias Jorge por tu comentario

    1. Montse, eres sabiduría con patas.
      Como se decía vulgarmente en mi juventud, nos hemos hecho la picha un lio con el tema de la felicidad, tanto en el terreno personal como en el profesional. Yo el primero. No se trata de poner la felicidad como objetivo, y a continuación plantear un conjunto de actividades que llevan hacia ella. El objetivo debe ser más bien, como tú ya apuntas, plantearse como objetivo una vida con sentido: haciendo un conjunto de actividades que con sentido, (expresar amor es el último sentido). Y eso otorga, a modo de recompensa, un extraordinario sentimiento de plenitud. ¿Quién ha visto a un cooperante que no sea feliz? Pero no porque busquen explícitamente la felicidad, sino porque hacen cosas que llevan a plenitud.
      Montse eres sabiduría con patas. A ver si te veo el día 15 de marzo

  1. Excelente reflexión maestro! me he tomado el tiempo de ver cada link que cita y he quedado fascinada, tanto así que aprovecharé estos días que está la familia mas o menos unida los de lejos con los de siempre para reunirlos y que juntos veamos los mensajes de IKEA y RUAVIEJA. Es que justamente ha sido mi línea de pensamientos y sentimientos sobre todo en estos tiempos donde interactuar con nuestros jóvenes es prácticamente una odisea. Por esta razón el día de navidad compartí en mis redes este mensaje que igual les dejo por aquí ¨Lo importante de la Navidad no es valorar lo que tenemos sino a quien tenemos. Valoremos nuestras familias y amigos de siempre!!´´

  2. Que pena no poder coincidir en la fecha de su seminario en Barcelona ya que estaré visitando esa zona pero finales de abril, creo que también Madrid. así que estaremos pendientes.

  3. Xabier Olaizola Elordi

    Gracias por tu reflexión. Que gran verdad es que nos pasamos el día buscando la perfección y la felicidad cuando sin darnos cuenta estamos en ella. Yo esto lo asimilo a las personas que viendo un músico excelente en la calle en vez de disfrutarlo con los 5 sentidos se preocupan de grabarle con el móvil para poder decir yo estuve allí y mi vida es fantástica. Nos preocupamos más por el parecer que por el ser, por descubrir ese interior nuestro en el que podamos reconocer esa bondad intrinseca que tenemos y eata oportunidad de disfrutar nuestra vida sin igual y con ella los amigos y familiares que nos acompañan. Gracias una vez más por la reflexión que has compartido que creo va en esta linea de pensamiento. Un abrazo y felices fiestas

  4. Querido Gabriel,
    Siento mucho las pareja de tu padre. Ruego a Nuestro Señor pista que tú y tus hermanos tengan fortaleza y pronta resignación.
    Un gran abrazo desde México.
    Ana María Avila

  5. La guinda de estas fiestas ha sido el final de la vida de mi padre. Ha terminado su periodo de prueba en esta tierra. Y como ha dicho mi hermana Mireia, ha pasado ya el mejor fin de año de su vida. Gracias Ana Maria y a todos por vuestros comentarios y reconocimiento que me da media vida.

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