En los partidos políticos, en las empresas, cuesta reconocer errores. Y cuando ya no hay más remedio, buscamos a alguien a quién colgar el marrón. Cada día me cuesta más creer en políticos, periodistas, intelectuales, predicadores y triunfadores. Me da pánico la campaña electoral que se avecina: votaré a quién reconozca que lo ha hecho mal, con más ilusión si reconoce que lo ha hecho francamente mal. A ese voy a creer.
http://dilbert.com/strip/2016-04-25
En BARCELONA, 20 Mayo a la 1h Mi conferencia. Tengo invitaciones. http://trainingandnetworking.com/wp-content/uploads/2016/04/II-Jornadas-Internacionales-de-RRHH-2.0-20-de-mayo-BARCELONA.pdf
Totalmente de acuerdo, Gabriel.
Cuando alguien se dedica a echar culpas a todos los seres que le rodean creo que se puede concluir, inevitablemente, que él/ella es el eje sobre el que giran las aparentes «culpas» ajenas.
Que alguien reconozca sus errores (y proponga los medios para que no se repitan -aprendizaje-) me genera mucha más confianza que lo contrario.
Ahora, si pretendes votar a algún partido que haya sido capaz de reconocer sus errores en vez de limitarse a señalar los ajenos (sean verdad, o no, que eso tampoco es muy relevante para algunos de ellos)…creo que vas a tener que votar a algún partido que aún no haya tenido contacto con el poder (y ni aún así creo).
Benditos errores que nos sirven para aprender (y también algunos aciertos, por supuesto)
El mejor amigo del hombre es el chivo expiatorio. No sé quien es el autor de la frase, se la he oído a Carlos Rodriguez Braun. Si alguien encuentra un político que reconozca errores y no sea inmediatamente desautorizado por su partido que me avise, soy capaz de cambiarme de residencia para poder votarle. Si no, seguiré votando (como casi siempre) al Sr. (en) Blanco.
suscribo las palabras de Iñaki! parece que los que cometemos errores siempre somos «los otros»…
No sé qué es más difícil reconocer los errores propios, o reconocer que los demás son mejores que nosotros en algo. Al final son dos formas de decir lo mismo. Un ejercicio de alto riesgo para el mundo de la política, pero tampoco fácil en el campo empresarial y personal. Duele, en mi caso a los 53 años, reconocer que algo lo he hecho mal. Pero es un ejercicio saludable. Ayer hablaba con una sobrina, de que una de mis hermanas era insoportable en la conversación, porque para ella todo era perfecto siempre.
Es verdad; cuando tienes que reconocer tus errores duele y hay una especie de sentimiento de culpabilidad contra ti mismo y mas cuando hay alguien que se cree perfecto y no te lo señala como una oportunidad de mejora sino un estigma del que se vale para minimisarte; es un grillete que a la larga genera resistencia hacia… aunque también hay que reconocer que una frase muy propia para la ocasión es :
» Es muy fácil echarle la culpa a los demás por lo que uno hace o deja de hacer» porque asi eximes tu responsabilidad.
Ahora mismo en mi equipo de trabajo he dejado saber mis debilidades de tal suerte que se establezca confianza entre los integrantes, al saberse que no solo somos nosotros los que nos equivocamos tenemos como resultado la confianza de recibir ayuda de aquel que trabaja hombro a hombro junto contigo.
La ventaja competitiva de un grupo o equipo cualquiera que sea su objetivo debería de girar al rededor de la premisa que como seres humanos nos complementamos los unos a los otros de nuestras fortalezas y debilidades.
Muy bueno tu comentario Cristian. Las dinámicas de yo soy perfecto y la culpa de lo que sale mal es tuya, pueden revertirse. Y entonces se cae en una dinámica inversa de valorar las cosas de los demás muy constructiva. Solo hace fala ser valiente y quitarse la careta. Gracias
Totalmente de acuerdo Gabriel: a ver cuando tenemos una clase política a la altura y capaz de reconocer errores y que ha habido cosas que se podían haber hecho mejor.
Muy cómodo pasarle de nuevo la responsabilidad al votante porque la casta política ha sido incapaz de llegar a acuerdos.
Nadie es infalible y errar por supuesto que es humano… lo que no sería humano es lo contrario. Así que, porqué no reconocer (incluidos los políticos) los errores?.
Gracias por la reflexión Gabriel.
El ser humano no es perfecto busca a diario encontrar lo mejor para poder sobre vivir, sin embargo cuando se siente acorralado o defraudado trata de buscar a otros culpables cuando el primer culpable es él.
sin embargo este momento que se vive sirve como medida terapéutica para desahogar y asimilar la culpabilidad.
Estoy de acuerdo con Gabriel, y este articulo me hace reflexionar sobre mi practica como supervisor escolar, no debo echar culpas a otros cuando el primer culpable soy yo.
Es importante errar porque es una muestra clara de que nos atrevimos, de que tuvimos la capacidad de elegir, de decidir. Quien nunca se equivoca es porque nunca hizo nada, Este mismo texto puede estar cargado de ideas erróneas, equivocadas, pero siempre se tiene la capacidad para enmendar errores, para rectificar caminos, al final es lo que nos hace humanos, lo único imperdonable es no aprender de los errores y volverlos a cometer. Todos los días, como Supervisor Escolar, tengo altas posibilidades de cometer errores y también de justificarme echando culpas a muchas personas, el reto consiste en tomar siempre las mejores decisiones toda vez que se analizan los pro y los contra de cada una, ser sabio es una tarea compleja y la sabiduría se alcanza con madurez y a través de los mismos errores, pero de los errores que dejan enseñanza.
Animo con la supervisión escolar. No sabía ni que existiera esta profesión. La paciencia es la primera cualidad del docente. El año pasado impartí un seminario a la dirección de un Instituto ejemplar.